El documento define el kitsch como un producto estético estereotipado dirigido a consumidores medios. Se manifiesta en la moda, literatura, música y artes plásticas. Su propósito es permitir que la gente se relaje y escape de la realidad adversa. Sin embargo, enfrenta críticas como promover el mal gusto y sujetos poco pensantes. Aunque generalmente se considera carente de valor estético, también puede usarse con fines irónicos en el arte de vanguardia.