Las computadoras de la primera generación utilizaban bulbos para procesar información y se ingresaban datos mediante tarjetas perforadas, mientras que las de la segunda generación eran más pequeñas y rápidas gracias al transistor, permitiendo nuevas aplicaciones. Finalmente, las de la cuarta generación se hicieron aún más pequeñas debido a los chips de silicio y circuitos micro miniaturizados, dando paso a las computadoras personales.