El documento resume cuatro teorías que contribuyen a la resolución de conflictos: la programación neurolingüística, que se enfoca en el aprendizaje humano y desarrollar la inteligencia emocional; la inteligencia emocional, que implica la percepción y regulación de las propias emociones y las de los demás; el razonamiento jurídico, que sigue los principios del derecho para interpretar y argumentar basado en las leyes; y la resolución de conflictos, que explora cómo resolver disputas y controversias.