El documento describe cómo la inteligencia emocional, la programación neurolingüística y el razonamiento jurídico pueden ayudar a los mediadores a resolver conflictos de manera efectiva. Estas técnicas brindan estrategias prácticas, establecen procesos de comunicación necesarios y ayudan a planificar sesiones de mediación con el objetivo de crear relaciones sociales y promover escenarios para resolver conflictos.