El documento clasifica las ciencias en formales y empíricas. Las ciencias formales como la lógica y las matemáticas no se reflejan directamente en la realidad, mientras que las ciencias empíricas como la física, la biología y la historia intentan explicar elementos de la realidad a través de la experimentación. El documento también advierte que aunque los expertos pueden ayudar a resolver problemas, no son infalibles.