Los países más pobres, especialmente los del Tercer Mundo, a menudo piden dinero prestado a instituciones financieras internacionales porque no tienen suficientes fondos propios. Esto les deja con grandes deudas externas que pueden afectar negativamente a sus pueblos. El Tercer Mundo se refiere a los países no desarrollados con los peores indicadores económicos y sociales, donde a menudo hay niños que viven en la calle.