El sindicato se originó a finales del siglo XVIII con la revolución industrial para defender los intereses de los obreros, cuyas condiciones empeoraron bajo el capitalismo industrial. Aunque se prohibió la agrupación de trabajadores, estos se organizaron clandestinamente y lucharon por sus derechos a través de huelgas y levantamientos. En el siglo XX, el movimiento sindical se consolidó con la creación de organizaciones internacionales para representar a los trabajadores.