La reforma educacional chilena ha mejorado la distribución, uso y administración de recursos escolares de tres formas: 1) Aumentó la cobertura y calidad de la educación parvularia, escolar y superior, así como el financiamiento. 2) Profesionalizó a los docentes y mejoró sus condiciones laborales. 3) Mejoró la infraestructura escolar y dotó de recursos a grupos vulnerables. Aún quedan desafíos como consolidar la calidad, fortalecer capacidades e implementar las políticas de manera colaborativa y