El documento discute la relación entre la educación y la salud. Indica que cuanto mayor es el nivel de educación de una persona, mejor es su salud, y que programas de alfabetización y educación no formal pueden mejorar significativamente la salud y el bienestar. También señala que la educación de adultos y las políticas de promoción de la salud comparten el objetivo de capacitar a las personas y provocar un cambio individual y social.