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el sector energético y la
PROpuesta
Santiago, octubre 2010.
Comisión PRO – Energía y Medio Ambiente
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1. Crisis cada 4 ó 6 años: incremento sostenido de precios de
derivados y caídas de sistema (4 el 2010 y 8 en menos de 1 año)
2. Creciente rechazo ciudadano a megaproyectos (térmicas,
Hidroaysén, nuclear)
3. Sostenido crecimiento de precios…y de rentabilidades
4. Aumento de la vulnerabilidad y dependencia, y pérdida de
competitividad
5. Exclusión de la ciudadanía de decisiones respecto de opciones
que impactan para bien y para mal su calidad de vida
6. Ausencia de política pública para la leña e incremento de
severos impactos sobre cuencas, bosques y salud de la gente.
7. Térmicas y sus impactos: GEI, emisiones locales y agua
8. Creciente concentración en sector (salvo biomasa) y mercados
opacos. Cobros injustificados.
9. Ausencia de propuesta de largo plazo
¿qué pasa en el sector energético?
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¿por qué tal diagnóstico?
1) el desarrollo del sector está basado en la expansión física del
sistema, en desmedro de un mejor uso de la energía
2) Chile carece de política energética: vías y propuestas basadas en
opciones convencionales sin cambios sustantivos
3) las reglas del juego (y su mantención) impiden un correcto
enfrentamiento de desafíos de seguridad de suministro,
medioambientales, de competitividad y de acceso a la energía
4) el escaso o nulo desarrollo de las actividades de investigación y
desarrollo (I+D) en el sector perpetúan la dependencia y
vulnerabilidad
5) la limitada o nula participación ciudadana, ha judicializado el proceso
de desarrollo energético.
porque:
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¿cuáles reglas del juego y qué propician?
1) La base del negocio energético en general y eléctrico en particular
es “más vendo más gano”, no importa cómo se use la energía.
2) Existe un desbalance evidente entre consumidores y ciudadanos,
por un lado y empresas eléctricas, por el otro. Regulación más
preocupad de la oferta e inversionistas que de la demanda,
usuarios y ciudadanos
3) Las reglas excluyen de hecho el uso masivo de energías
sustentables (ES): ERNC, uso eficiente, cogeneración, generación
distribuida.
4) El modelo apuesta por una expansión física del sistema, lo que no
es económica, financiera, ni medioambientalmente sustentable en
el mediano y largo plazo (hoy 600 MW al año; el 2020, más de
2.000 MW/año, al ritmo de crecimiento actual)
5) Utilidades crecen, en buenos y malos tiempos, e incluso en tiempos
de crisis a la par con tarifas y precios. Pagan la cuenta: las Pymes,
la gente y el medio ambiente.
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¿qué perspectivas se ofrecen?
1. Se propician las soluciones mega (Hidroaysén, nuclear, térmicas,
GNL, etc.) que son: caras, inseguras, inciertas y menos
democráticas.
2. Las opciones asociadas a energías sustentables son punta de lanza
en política energética de países OCDE. No es el caso en Chile.
3. Se dificulta el acceso por costo y/o disponibilidad. Crecientes
dificultades de competitividad por costos energéticos
4. Señales de creciente concentración y rentabilidades extraordinarias
5. Pese a declaraciones, la dependencia y vulnerabilidad aumenta.
…en suma, las opciones continúan siendo las mismas, delineando
un panorama preocupante.
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la PRO puesta
1. Es necesario cambiar : “el más vendo, más gano” por el “mejor
usamos la energía, más ganamos todos” y ello expresado en
las tarifas y precios de la energía.
2. Los desafíos son energéticos y no sólo eléctricos. Se deben
cambiar las reglas del juego: mercados transparentes y potente
apoyo a energías renovables e innovación en I+D energética.
2. En el más breve plazo considerar la relación que existe entre
energía y medio ambiente. Fundamental en este contexto: el uso
del agua.
3. Adopción de política energética, oferta y demanda, en el que las
ES sean punta de lanza y se consideren las especificidades de
los grupos más vulnerables de la sociedad
4. Las soluciones no están necesariamente ligadas a los recursos
energéticos, sino en cómo construimos nuestras ciudades,
desarrollamos nuestros procesos industriales y mineros, y qué
tipo de transporte propiciamos, etc.
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7 medidas claves de la PRO puesta
1. Formular una política energética con principios, objetivos y metas
claras, inserta en el marco de un desarrollo sustentable
2. Incorporar en tarifas y precios el uso eficiente de la energía, así
como los costos sociales y ambientales, actuales y futuros
3. 2% de ahorro de energía al año, obligatorio, a industrias
intensivas en energía, mineras en particular
4. Cambio del SEIA (evaluación por proyecto) a la planificación
integrada de recursos con evaluación ambiental estratégica
propiciando una participación ciudadana efectiva e informada.
5. Nuevos y mejores instrumentos para el fomento de las ES con
metas de corto, mediano y largo plazo:
6. Creación de 5 centros de I&D en regiones dedicadas a las ES
7. Programa Leña