La psicología inversa es una técnica desarrollada por Viktor Frankl que juega con lo inesperado para provocar un efecto contrario al deseado. Se utiliza para tratar el insomnio diciéndole al paciente que intente mantenerse despierto en lugar de dormir, lo que provoca que se quede dormido debido al proceso de reactancia, por el cual el cerebro tiende a hacer lo contrario de lo que se le pide para preservar su libertad.