Los doce pares craneales surgen del cerebro o tronco encefálico y se distribuyen a través de agujeros en la base del cráneo, controlando funciones como la vista, el olfato, el gusto y el equilibrio. La médula espinal también conecta el cerebro con el cuerpo a través de los nervios raquídeos, llevando sensaciones hacia arriba y órdenes motoras hacia abajo.