La realidad virtual puede ser compartida con otras personas a través de interacción a pesar de no estar en el mismo espacio físico. Los métodos inmersivos utilizan cascos y guantes para manipular un ambiente 3D creado por ordenador, mientras que los métodos no inmersivos ofrecen una ventana de escritorio con ventajas como bajo coste y uso de dispositivos familiares como teclado y ratón.