El documento describe cómo las primeras aldeas neolíticas desarrollaron una división del trabajo y la cooperación entre sus miembros. Los hombres se dedicaban principalmente a la construcción, caza, pesca y defensa, mientras que las mujeres se encargaban de tareas como la recolección, cerámica y preparación de alimentos. Los pobladores de aldeas cercanas también colaboraban en proyectos como sistemas de riego y defensas.