El documento argumenta que la responsabilidad social y la cultura de paz son elementos indispensables en la formación del estudiante universitario. Promueve la cohesión social a través de la participación y el aprendizaje basado en principios de igualdad y no discriminación, con el objetivo de recuperar el valor de la humanidad mediante la educación y enfrentar los retos del futuro desde una cultura universal e implicarse como ser humano en la era actual.