La Revolución Industrial causó un aumento significativo de la población debido a una menor mortalidad, lo que llevó a la emigración a otros continentes. Las ciudades crecieron rápidamente como resultado del éxodo rural, con Londres convirtiéndose en la ciudad más grande. El crecimiento urbano dio lugar a nuevos barrios socialmente diferenciados entre los barrios burgueses y los barrios obreros con peores condiciones.