Es frecuente que los trabajadores se consideren perjudicados cuando el empleador no les permite realizar horas extras o les exige trabajar en festivos. Esta sensación de perjuicio es más intensa cuando el trabajador lleva tiempo trabajando en días de descanso obligatorio o haciendo horas extras sin compensación, hasta el punto de que llega a considerar que se le está impidiendo ejercitar un derecho legalmente reconocido o consolidado por la costumbre previa.