San Julián nació en el siglo VII y se dedicó a cuidar enfermos, transportándolos él mismo en sus hombros hasta el hospital. Fue patrón de remeros, barqueros, peregrinos y hoteleros. Tras matar accidentalmente a sus padres durante una cacería, huyó con su esposa y se dedicó a ayudar a los viajeros como barquero para expiar su falta.