El documento describe las vidas y martirio de las hermanas Santa Justa y Santa Rufina, quienes fueron martirizadas en Sevilla en el siglo III por negarse a renunciar a su fe cristiana. Ambas son especialmente veneradas en Sevilla como patronas de la ciudad y han sido representadas en numerosas obras de arte por destacados pintores españoles como Murillo, Zurbarán y Velázquez.