El documento discute el fracaso escolar y su relación con dos factores: representaciones inexactas de los estudiantes como expertos usuarios de la tecnología que ignoran otras necesidades, y la incapacidad de las escuelas y políticas para desarrollar competencias de información y garantizar la inclusión de los estudiantes. También distingue entre "nativos digitales", que crecieron con la tecnología, e "inmigrantes digitales", que tuvieron que adaptarse a un entorno digital.