Santa Cristina, también conocida como Santa Catalina de Bolsena, nació en el siglo III en Bolsena, Persia o Tiro. Se convirtió al cristianismo y regalaba las posesiones de su padre a los pobres, lo que llevó a su padre a torturarla de varias formas, incluyendo encerrarla en un horno y arrojarla a un río atada a una roca, pero Dios la protegió y no murió hasta 1788. Sus reliquias se conservan en varias catedrales y parroquias donde