Santa Rosa de Lima nació en Lima, Perú en 1586. Pasó su infancia en Lima y luego se mudó a Quives a los 12 años, donde recibió la confirmación del arzobispo Toribio de Mogrovejo. A los 25 años aceptó el nombre "Rosa de Santa María". Más tarde se recluyó en una ermita que construyó en el huerto de su casa, donde oraba y atendía a los enfermos. Fue canonizada como la primera santa de América.