Han pasado tantos años desde aquellos papelitos viejos que mi abuelo guardaba con recelo. “En 2050 viviremos en el espacio”, anunciaban. Y acá estoy. En él, observando desde mi cuarto la inmensidad del espacio.
El planeta rojo en el horizonte. Marte es tan hermoso que en el pasado lo dibujaban mal. Sus colores, su forma. Creo que hasta es nuestra nueva “luna”.
Pero… al poco tiempo vuelvo a la realidad. Un día más despierto sintiendo que estoy cada vez más cerca.
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Saul Ameliach: Ciudades en el espacio, una realidad
1. Saul Ameliach
Ciudades en el espacio, una realidad
Miro a través de la ventana. Puedo disfrutar de la magnitud de aquellos rojos y amarillos
presentes en la superficie de ese objeto, grande, redondo.
Me deslumbra la forma que tiene. Quizá, cada vez que despierto es para mí más impactante.
Creer que estoy ahí. ¿Será un sueño?
Han pasado tantos años desde aquellos papelitos viejos que mi abuelo guardaba con recelo.
“En 2050 viviremos en el espacio”, anunciaban. Y acá estoy. En él, observando desde mi
cuarto la inmensidad del espacio.
El planeta rojo en el horizonte. Marte es tan hermoso que en el pasado lo dibujaban mal.
Sus colores, su forma. Creo que hasta es nuestra nueva “luna”.
Pero… al poco tiempo vuelvo a la realidad. Un día más despierto sintiendo que estoy cada
vez más cerca.
Todo lo que me cuentan, escucho y leo guarda relación con la vida en el espacio.
Aún recuerdo cuando veía Star Wars, aquella película que me hacía disfrutar al máximo de
los sueños con vivir cerca de las estrellas en gigantescas plataformas suspendidas, volar en
naves espaciales y hasta ver el planeta Tierra a lo lejos.
Todavía lo hago cada vez que estrenan una nueva cinta y vuelvo a transformar por
segundos mis deseos en realidad.
Siempre ha causado intriga, miedo, hasta incredulidad, pero cómo me satisface coexistir en
ese mundo de imaginación.
He deseado que llegue ese momento, que aunque parezca lejano, no lo es tanto y ver que la
tecnología avance y nos haga ser parte de este futuro que estamos soñando e idealizando
desde hace más de 50 años y que está ahí mismo, más cerca de lo que muchos creemos.
Desde “2001: Odisea del espacio”
A final de los años 60’ el director Stanley Kubrick no solo cambió la forma de ver películas
sino de idear un mundo diferente.
Esta obra de ciencia-ficción se inspiró en un cuento de Arthur Clarke, co-escritor de la
película junto a Kubrick, de nombre El centinela, unos 20 años antes. Ambos escritores
colocaron en escena temas como “la evolución humana, la Inteligencia Artificial, la vida en
el espacio y el uso de la tecnología”.
2. Luego llegaron trabajos como los que se mostraron en otras cintas o, años antes, ya en
series televisivas como Star Trek (Viaje a las estrellas), creada por Gene Roddenberry, se
hablaba del hombre conquistando el espacio.
Además con novelas, videojuegos, atracciones temáticas en ciudades de entretenimiento,
juguetes, todo ha sido invadido por cada una de las ideas de las obras de ciencia-ficción que
exponen el futuro de la humanidad en el espacio como su mundo, uno que se observa hasta
infinito.
Esto ha formado, desde hace tanto, todo lo que ahora vemos cerca de nuestras vidas:
Habitar el espacio, poblar planetas y expandir nuestros horizontes.
¡Vivir en el espacio está muy cerca!
Hace pocos años se dio a conocer el proyecto de uno de los más grandes inversionistas del
mundo que gestiona su ideal de vida: “Asgardia”, la ciudad extraterrestre.
Esta propuesta, del ingeniero de nacionalidad rusa Igor Ashurbeyli, plantea la fundación
con estructura social y legal de una comunidad con normas establecidas igual a la de países
de la Tierra, y llevar al espacio lo que un reciente reportaje de la agencia internacional EFE
definió como la intención de ir ¡Construyendo una nueva nación!
Comenzó con la presencia virtual o figurada de colonizar la “nación de Asgardia” desde el
lanzamiento de un satélite que contiene las intenciones primarias. Una forma de marcar
territorio y definir lugar físico, aunque con el tiempo esto pueda cambiar.
Cuando se mostró el proyecto en un evento en la capital francesa, el ingeniero Ashurbeyli
manifestó que la profundidad de su pensamiento se dispone a dirigir fuerzas para alcanzar
espacios donde “la protección del planeta Tierra esté asegurada”.
También habló sobre la accesibilidad a la tecnología espacial para aquellos que no
“disponen” de ésta.
Habitar el espacio volvió a los escenarios del mundo con “Asgardia” que en su
presentación se creó como promesa de ser “el primer país independiente del espacio”,
representando “un proyecto global, unificador y humanitario” como su fundador lo
describió.
Fundamentado en condiciones de identidad donde su himno nacional y bandera se tocará y
ondeará en las embajadas que se formarán por las propuestas de quienes desean habitarlo en
un futuro.
3. Se regirá por un “calendario especial” que incorpora un décimo tercer mes para el año, de
nombre “Asgard”, en honor a la antigua sociedad constituida por dioses nórdicos.
El sistema monetario ya se creó con la criptomoneda “Solar” (SRL), que se maneja como el
Bitcoin, registro que se efectuó y permanece en la Oficina de Propiedad Intelectual de la
Unión Europea.
Próximamente, en marzo de este año, está planteado que se elija por votación el gobierno
que dirigirá “Asgardia”, entre los que aceptaron participar en la conformación de la nación
extraterrestre. Ya podremos seguir las informaciones que se generen para conocer de cerca
cómo se llevará a cabo el proceso y la importancia que para el mundo esto representa.
Acertar la Constitución de “Asgardia” se ha solicitado por internet, y a través de la web
“más de medio millón de personas, la mayoría procedentes de China” ingresaron su
intención de ser ciudadanos de nacionalidad asgardiana, de los cuales “han sido aceptados
162 mil 844”, reportó EFE.
Así se conforma entonces una “una nación espacial con una entidad transétnica,
transreligiosa, transnacional, ética y pacífica”, en palabras pronunciadas en 2017 por el
experto y encargado de la legalidad del proyecto Ram Jakhu.
Ahora, ¿Y dónde está esa nación?
Un nanosatélite representa la “primera piedra” de “Asgardia”. Su nombre, “Asgardia-1”.
100 Kb fueron otorgados de las primeras personas que se inscribieron como habitantes,
donde se almacena parte del proyecto.
Es el primer satélite que será sustituido por otros que se colocarán en el espacio en
secuencia a los que se irá transfiriendo la data que se almacene en los que antecedan al
nuevo. El “Asgardia-1” desaparecerá con el tiempo, así como otros; mientras se construye
físicamente el país.
Otros de los contenidos que se almacenarán, esperando permanezcan en el tiempo y
transciendan para que lleguen a formar parte de “Asgardia”, son los datos, información,
recuerdos, anécdotas, todo lo que usted sobre su vida o de cualquier cosa que consideré le
gustaría guardar. Este material se enviará al disco duro que comenzó a acumular
información con 512 Gb y que va creciendo con el tiempo.
Una tecnología que pocos podemos procesar como una realidad, pero ampliemos nuestra
capacidad de creer y al ver cómo avanza el mundo, seguro no lo consideraremos
descabellado.
Constituido como Estado
4. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un Estado será reconocido así por el
organismo cuando se llegue a 100 mil habitantes, se tenga un territorio y otras condiciones
que los fundadores de “Asgardia” aseguran “ya se han superado”, como informó Jakhu a
Space.com, y que difunde EFE.
“Asgardia cumpliría tres de los cuatro requisitos que se exigen a una nación para poder
ser reconocida como Estado”: Cantidad de habitantes; existencia de un Gobierno, que se
elegirá en marzo; y la pertenencia de un territorio, el “Asgard-1”. Por lo que solo quedaría
la aceptación de la ONU, que representa el cuarto requisito.
Pese a las intereses de sus creadores esta solicitud podría no tener fundamentos que se
apoyen en el Derecho Internacional y estaría en entredicho la legalidad, porque no se
enmarcan en normas que establezcan la creación de naciones en “territorio artificial”.
Por ello, el proyecto asegura que “es de vital importancia que el derecho espacial no se
convierta en una ley de la selva porque, hoy por hoy, muchos de los problemas
relacionados con este derecho se encuentran sin resolver”, asegura Jakhu.
¿Críticas? Muchas, sobre todo de los detractores, pero sus creadores manifiestan que hay
que visualizar el avance de la humanidad y la capacidad que se tiene para construir
proyectos que permitan establecer sus propósitos que den paso además “al desarrollo de
países que ahora mismo no tienen ese acceso al espacio”.
Quienes vivimos esperando que llegue el momento de conquistar el espacio quisiéramos ser
parte del grupo de expertos que ya trabajan, y lo hacen desde hace muchos años, en las
construcciones y planeación de la vida del futuro.
Porque dentro de poco habitaremos otros planetas, el espacio, el Universo.