Los signos vitales son las manifestaciones externas que permiten determinar si una persona está con vida e incluyen el pulso, la respiración y la temperatura. El pulso se toma colocando los dedos en una arteria para sentir los latidos rítmicos de la sangre. La respiración se mide observando el número de veces que el abdomen se contrae y expande por minuto. La temperatura es el grado de calor mantenido en el cuerpo.