Ponencia de la Dra. Nancy Vanina Sturla para el III Congreso Iberoamericano de Experiencias Universitarias con adultos Mayores, UNER, Paraná, del 24 al 26 de septiembre de 2007.
«Los consumidores valorarán
la información en la medida que le
permita tomar mejores decisiones. Sin
embargo ellos harán un análisis costo-
beneficio para buscar y procesar esta
información para convertirla de esta
forma en válida y útil para el proceso de
decisión.»
«Los consumidores valorarán
la información en la medida que le
permita tomar mejores decisiones. Sin
embargo ellos harán un análisis costo-
beneficio para buscar y procesar esta
información para convertirla de esta
forma en válida y útil para el proceso de
decisión.»
Desde el punto de vista económico la protección de los consumidores es un elemento esencial para lograr mercados competitivos y dinámicos, en los que tanto la información disponible como el respeto a las reglas establecidas permiten a todos los agentes económicos tomar decisiones racionales.
La visión económica moderna rechaza aquellas concepciones que creían enfrentados los intereses de consumidores y empresas en el mercado, y veían en las normas que establecen reglas mínimas de protección, amenazas más que oportunidades para el desempeño de las empresas.
Nos enfrentamos cada día a mercados que no son perfectos. Dentro de las imperfecciones que impactan negativamente a consumidores y empresas están sin lugar a dudas las asimetrías de información y los elevados costos de transacción.
Debemos impulsar como país la conciencia que mientras mejores estándares de protección y relacionamiento con los clientes tengamos, mayor será la competitividad de nuestras empresas en el contexto regional y global. Los consumidores premian con su fidelidad a las empresas que se destacan en este ámbito, y que avanzan proactivamente para mejorar en forma constante la calidad de los bienes y servicios que ofrecen al público.
El desafío está en lograr amplios consensos en torno a esta visión de futuro.
Desde el punto de vista económico la protección de los consumidores es un elemento esencial para lograr mercados competitivos y dinámicos, en los que tanto la información disponible como el respeto a las reglas establecidas permiten a todos los agentes económicos tomar decisiones racionales.
La visión económica moderna rechaza aquellas concepciones que creían enfrentados los intereses de consumidores y empresas en el mercado, y veían en las normas que establecen reglas mínimas de protección, amenazas más que oportunidades para el desempeño de las empresas.
Nos enfrentamos cada día a mercados que no son perfectos. Dentro de las imperfecciones que impactan negativamente a consumidores y empresas están sin lugar a dudas las asimetrías de información y los elevados costos de transacción.
Debemos impulsar como país la conciencia que mientras mejores estándares de protección y relacionamiento con los clientes tengamos, mayor será la competitividad de nuestras empresas en el contexto regional y global. Los consumidores premian con su fidelidad a las empresas que se destacan en este ámbito, y que avanzan proactivamente para mejorar en forma constante la calidad de los bienes y servicios que ofrecen al público.
El desafío está en lograr amplios consensos en torno a esta visión de futuro.