El documento argumenta que la educación actual está desconectada de la sociedad del conocimiento y que las competencias reales se aprenden a través de la experiencia diaria y la práctica, no en el aula. Señala que debemos aprovechar la era de la sociedad del conocimiento enseñando a los estudiantes a aprender de forma continua a lo largo de la vida mediante la experiencia y no solo mediante exámenes.