La sociedad pre-industrial se caracterizaba por una economía agraria y limitados intercambios comerciales, con una población que crecía lentamente y vivía principalmente en áreas rurales. Tres cuartas partes de la población activa se dedicaban al sector primario de forma artesanal. La industria era también artesanal, empleando pocos trabajadores y maquinaria escasa impulsada por energía humana, animal o natural. La Revolución Industrial trajo el paso a una economía industrializada y urbana.