Para Sócrates, el hombre es un compuesto de cuerpo y alma racional. La felicidad depende de nuestras propias decisiones basadas en el conocimiento del bien y el mal, no de factores externos. Sócrates sostiene que la felicidad consiste en llevar una vida virtuosa de acuerdo a los valores morales, mientras que la ignorancia sobre lo bueno y lo malo conduce a la desgracia.