Los evangelios describen la crucifixión y muerte de Jesús, su entierro en el sepulcro de José de Arimatea. El domingo, María Magdalena visita el sepulcro y ve que la piedra ha sido removida. Jesús se le aparece. María informa a los apóstoles. Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las mortajas pero Jesús no está. Juan cree al ver esto.