Los miedos son parte normal del desarrollo infantil. Los padres deben ayudar a los niños a superar sus miedos poco a poco mediante la comprensión, la paciencia y dándoles seguridad y apoyo emocional. Algunas técnicas útiles incluyen identificar el miedo del niño, hablar sobre ello, realizar juegos para enfrentarlo y elogiar los esfuerzos del niño. Los padres deben servir como un modelo positivo transmitiendo seguridad y capacidad de afrontar las emociones.
Triptico consejos para padres tolerancia a la frustracionAna Peinado
Tríptico con consejos para padres sobre cómo manejar la tolerancia a la frustración y la motivación en niños de 3 a 6 años.
Es parte del Programa Santa Clara de Inteligencia Emocional para Educación Infantil
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Tríptico con consejos para padres sobre cómo manejar la tolerancia a la frustración y la motivación en niños de 3 a 6 años.
Es parte del Programa Santa Clara de Inteligencia Emocional para Educación Infantil
Investigación para entender un poco algunos sintomas presentados por un niño de la familia. Contiene:
Terrores Nocturnos
Pesadillas
Mutismo Selectivo Infantil.
Saludos, y espero la informacion sirva a algun interesado.
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Terrores Nocturnos
Pesadillas
Mutismo Selectivo Infantil.
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1. SUGERENCIAS PARA LA FAMILIA 4
Los miedos forman parte del desarrollo infantil. Casi todos los niños sienten miedo alguna vez. Este suele
aparecer a partir de los dos años ante algunas cosas que desconoce del mundo que le rodea, siendo las más
comunes los ruidos, los animales y la oscuridad.
Un niño miedoso puede convertirse en un ser exigente y sin confianza en sí mismo. Por eso, ha de ir
aprendiendo a superar su miedo poco a poco. No hay que quitarle importancia al problema, ya que el
sentimiento del niño es real. Hay que respetar lo que siente intentar solucionar el problema desde su punto de
vista, no desde el del adulto.
Como pautas básicas, hay que comprender la situación y ayudarle a superarla. No hay que criticarle, ni
catalogarlo de cobarde o pequeño. Tampoco se le debe gritar, ni rechazarlo. Hay que identificar el miedo e ir
preparándole poco a poco para ser más valiente.
Hay que enseñarle a valorar su miedo (por ejemplo, pedirle que señale con sus manos la cantidad de miedo que
siente) y ayudarle a contrarrestar la ansiedad, tranquilizándole, dándole seguridad, permaneciendo cerca de él,
cogiéndole de la mano… Se debe hablar con él y poner nombre a sus miedos.
Puede ser muy positivo contarle cuentos para que ponga nombre a sus emociones, aunque si es propenso a
tener pesadillas debemos evitar los cuentos de miedo a la hora de acostarlo. Le puede dar seguridad dormir
abrazado a un muñeco, del que se irá desprendiendo conforme vaya teniendo más seguridad en sí mismo.
También puede ser muy positivo realizar juegos para superar sus miedos. Por ejemplo, si el niño siente miedo a
las sombras, se puede hacer que las sombras se vuelvan interesantes jugando a hacer sombras con las manos, a
proyectar sombras sobre un papel colgado en la pared para repasar sus siluetas y permitirle experimentar con
sus propias proyecciones en un día soleado. Si el temor del niño es a los monstruos y a otros seres imaginarios,
se deben reducir o eliminar los programas de televisión o dibujos animados violentos que ve el niño. Si los
temores continúan, descubrir a los monstruos con la ayuda del niño: simular que se capturan en una bolsa
grande y, junto con el niño, cerrar la bolsa y tirarla a la basura; o confeccionar con ayuda de un adulto una red
atrapa miedos para colocar en la puerta de entrada a su habitación.
Permanecer con él, enfrentándose juntos a las situaciones de miedo, y animarle elogiando sus esfuerzos. El
manejo constructivo de las situaciones problemáticas desde el punto de vista emocional exige a padres y
educadores una buena capacidad emocional con cualidades básicas que les permitan:
Transmitirle seguridad.
Intentar comprenderle y tener capacidad de ponerse en el lugar del niño, comprender sus motivos,
sentimientos y emociones.
Entender que el tono, actitud, etc., que se emplea en el trato con el niño tiene también consecuencias en
el desarrollo emocional de este.
Hay que saber que el adulto es un referente significativo de primer orden y que su talante ante la vida,
pesimismo, miedo, seguridad, alegría, etc., influye de manera decisiva en el desarrollo emocional del
niño.
Se debe mostrar paciencia, ya que los miedos son un poso gradual en la vida del niño, como el aprender a hablar
o caminar. Es una etapa transitoria que hay que pasar y que desaparece sin motivo alguno tal y como llegó. Se
debe a causas de maduración neurológica y afectiva, puesto que esos sueños todavía no tienen el significado
psicosomático que se les atribuye a los sueños adultos.