La disciplina es importante para enseñar a los niños a controlarse a sí mismos, respetar los derechos de los demás, expresar sus emociones adecuadamente y desarrollar autoestima y sentido de responsabilidad. Los padres deben poner límites consistentes mientras brindan amor, escuchan a sus hijos y los entienden. Al disciplinar, es importante dar instrucciones claras, explicar las consecuencias y cumplir siempre las sanciones establecidas de manera consistente y adecuada a la edad del niño.