Según el documento, existen diferentes posturas sobre la naturaleza del instinto sexual. Algunas teorías biologicistas lo consideran una fuerza interior que impulsa a liberar energía a través de la actividad sexual. Otras distinguen entre el instinto de supervivencia y el instinto de reproducción. Sin embargo, Freud argumentó que los humanos no tienen instintos sino pulsiones, particularmente la pulsión de vida (Eros) y la pulsión de muerte.