1. TEMA 4
“RECUBRIMIENTOS Y DISEÑO DE
FACHADAS”
UNAM
FACULTAD DE ARQUITECTURA
TALLER CARLOS LAZO BARREIRO
“CONSTRUCCIÓN VI”
ARQ. JOSÉ MIRANDA CRUZ.
ALUMNA:
CALZADA NUÑEZ SURY FERNANDA
2. INTRODUCCIÓN
FACHADA
Una fachada es cualquier paramento exterior de un edificio; aunque por
defecto, cuando se habla de fachada, se hace alusión a la delantera o principal,
indicándose más datos en caso contrario, fachada trasera, fachada norte, etc.
La fachada es objeto de especial cuidado en el diseño arquitectónico, pues al
ser la única parte del edificio percibida desde el exterior, muchas veces es
prácticamente el único recurso disponible para expresar o caracterizar la
construcción. La componente expresiva está tan arraigada en el concepto de
fachada, que en ocasiones se hace referencia a la cubierta como la “quinta
fachada” cuando ésta posee una intención estética.
Fachada del Palacio de Versalles, Francia
DESARROLLO HISTÓRICO
La fachada ha experimentado multitud de transformaciones a lo largo de la
historia por su condición de soporte o lienzo para los distintos estilos
arquitectónicos. Sin embargo, los cambios más profundos han sido consecuencia
de la evolución de las técnicas constructivas.
Tradicionalmente, la fachada ha sido al mismo tiempo la estructura y el
cerramiento del edificio, y por tanto la capacidad de abrir huecos para
iluminar, ventilar, o disponer de vistas al exterior ha sido limitada. El
desarrollo histórico de la fachada ha sido pues una carrera tecnológica en pos
de ampliar estos necesarios huecos.
El tamaño y disposición de los huecos ha estado condicionado
fundamentalmente por dos limitaciones: la capacidad para abrirlos (evolución
del muro de carga), y la capacidad de protegerlos (evolución del vidrio).
3. Fachada de Bletchley Park en Buckinghamshire Inglaterra
LA TECNOLOGÍA DEL VIDRIO
Aunque la existencia del vidrio está documentada desde hace más de 5.000
años en Mesopotamia y Egipto y a pesar de que el imperio romano lo difundiera
por Europa ya en el 300 a. C., no se puede hablar de una utilización relevante
de este material en la construcción hasta el siglo VII y la expansión árabe. A
partir de entonces, la posibilidad de realizar aperturas de huecos en fachada
empezó a generar un interés creciente.
En la antigua roma, antes de la popularización del vidrio, se empleaba como
acristalamiento el lapis specularis; un tipo de roca traslúcida de yeso del tipo
de la selenita.
La incapacidad para fabricar vidrios de grandes dimensiones se resolvió
subdividiendo las hojas de ventana en cuadrados más pequeños, capaces de ser
tapados con una única pieza de vidrio más pequeña. La costumbre actual de
subdividir los paños de ventana en cuadrados más pequeños es una
reminiscencia estética que ha perdurado desde entonces.
En el empleo del vidrio en fachadas, cabe detenerse en el capítulo de las
catedrales, especialmente las góticas. Éstas supieron convertir el problema del
tamaño de las piezas en una virtud: "dibujando" con un armazón de plomo
diferentes figuras sobre las aperturas de fachada, y rellenando los huecos
resultantes con vidrios tintados, crearon magníficas vidrieras.
4. Vitrales en la catedral de Reims, Francia
LA EVOLUCIÓN DEL MURO
Una vez superado el problema de proteger el hueco con vidrio, las limitaciones
se debieron al carácter estructural de la fachada. La apertura de un hueco
obligaba a su pieza superior, el dintel, a soportar la carga del edificio. Esto
impedía practicar huecos demasiado anchos, por lo que las aperturas adoptaron
formas verticales para aumentar en lo posible la superficie de iluminación.
También era necesario disponer los huecos alineados unos encima de otros, de
manera que se facilitase la trasmisión de la carga del edificio por el resto del
muro. Al igual que con el vidrio, y a pesar de no ser ya necesaria, esta
composición de fachada con ventanas verticales y regulares ha sobrevivido
hasta nuestros días como una herencia cultural.
Para aumentar el tamaño del vano en edificios singulares se empleó el arco de
medio punto y posteriormente el arco apuntado. Sin embargo, el primer gran
avance en la fachada se produjo en las catedrales góticas, cuando se eliminó el
problema de los huecos al despojar de función estructural a la fachada.
La revolución consistió en la sustitución del concepto tradicional de muro de
carga por el de pilares puntuales, desviando la carga de la cubierta mediante
arbotantes a unos contrafuertes exteriores. De esa manera la fachada,
liberada del peso, podía cerrarse ahora con grandes vidrieras.
5. Arbotantes y contrafuertes en la catedral de Amiens, Francia
La llegada del acero a finales del XIX y del hormigón armado a principios del
XX, terminó definitivamente por liberar a la fachada de su dependencia
estructural. Los arquitectos del Movimiento Moderno exploraron las
posibilidades de una fachada libre, popularizando la ventana corrida y los
huecos horizontales en lugar de los tradicionales verticales, utilizándolos tanto
por adecuarse mejor a la visión de las personas, como para evidenciar su
independencia de la estructura.
El último paso conceptual quizás lo ejecutara Mies van der Rohe en 1946, al
diseñar la Casa Farnsworth, donde la vivienda disuelve definitivamente la
fachada, culminándose así el largo proceso evolutivo del hueco.
La fachada contemporánea se distingue por una composición irregular de
huecos que atiende a las necesidades de iluminación interiores, en lugar de
estar motivada por consideraciones estructurales. También se está explorando
con distintas formas y materiales como: plásticos, titanio, textiles.
Casa Farnsworth en Illinois, Estados Unidos
6. No menos importantes son las consecuencias de la aparición de la informática y
los ordenadores, que con sus aplicaciones de CAD y su capacidad de cálculo han
posibilitado abandonar la clásica concepción plana de la fachada, permitiendo
un tratamiento más volumétrico de la misma. Edificios como el Guggenheim de
Bilbao son un ejemplo ya clásico de esta nueva revolución.
En un futuro próximo, es posible que la fachada adopte una nueva funcionalidad
como superficie de captación de energías renovables.
FUNCIONAMIENTO
Las fachadas, además de la función estética, deben satisfacer otros
requisitos: deben ser impermeables al agua y aislar el interior térmica y
acústicamente. La sección tipo de una fachada convencional se compone de dos
hojas: una exterior, normalmente de ladrillo, y otra interior, que puede ser de
ladrillo o de otros materiales como el cartón-yeso. Entre esas dos hojas se
coloca un aislante térmico, para lo que usualmente se utilizan materiales como
el poliuretano, la fibra de vidrio o la lana de roca. Para evitar condensaciones
intersticiales se coloca en el lado caliente del aislante una barrera de vapor.
Por último, es necesaria una pequeña separación de uno o dos centímetros para
permitir que ventile el vapor de agua y no empape el aislamiento, inutilizándolo.
El grosor de un muro de fachada no obedece tanto a necesidades de
estabilidad o resistencia como a la necesidad de masa para el aislamiento
acústico y de espacio para alojar el aislante y su cámara de aire.
Museo Guggenheim en Bilbao, España
TIPOLOGÍAS CONSTRUCTIVAS
FACHADA LIGERA
Las fachadas ligeras funcionan como una piel colgada del edificio. Como su
propio nombre indica, son ligeras y no contribuyen a la estabilidad de la
estructura. Debido a su poca masa, son malas aislantes del ruido, por lo que no
son aplicables para edificios que requieran ambientes silenciosos, como por
7. ejemplo el uso residencial. Tampoco suelen funcionar bien como aislantes
térmicos, exigiendo generalmente un gasto extra en calefacción o aire
acondicionado. Sin embargo, su reducido peso, su gran capacidad para permitir
la entrada de luz, y su rapidez de montaje las hacen idóneas para rascacielos y
una gran variedad de espacios públicos.
Se componen de tres elementos:
Montantes: elementos de sujección verticales que se anclan a la
estructura del edificio.
Travesaños o perfiles secundarios: elementos horizontales anclados a los
montantes, y que terminan de conformar el armazón.
Cerramiento: puede ser de vidrio o paneles ligeros (madera, aluminio).
Éstos pueden ser fijos o practicables.
En función de si la “piel de fachada” es continua o se interrumpe en cada
forjado, las fachadas ligeras se pueden clasificar en “muros cortina” o
“fachada panel”, respectivamente.
FACHADA PESADA
Esta categoría abarca todas las fachadas tradicionales, ya sean de ladrillo
visto, enfoscados, aplacados, de piedra, de madera u otras, además de las
trasventiladas y las prefabricadas.
FACHADAS TRASVENTILADAS
Son parecidas a los muros cortina, constan de montantes, travesaños, y
cerramientos, pero a diferencia los montantes se anclan a muros de fábrica y
las piezas de cerramiento son pesadas: normalmente placas de piedra o
cerámica.
Al existir una hoja de cerramiento interior, habitualmente de ladrillo, las
placas no necesitan presentar una junta estanca y en el montaje se separan
entre sí unos pocos milímetros, permitiendo que el aislamiento térmico ventile
por esas rendijas. Este tipo de fachadas se suele utilizar en edificios
institucionales, debido a que ofrece una elevada calidad de acabado.
8. Manta de lana de roca en una fachada trasventilada
FACHADAS PREFABRICAADAS
Son fachadas compuestas por módulos de pared que vienen hechos de taller,
ensamblándose unos a otros en obra. Dependiendo del nivel de prefabricación
pueden incluso montarse paredes de fachada con las ventanas o la puerta ya
instaladas. El material más utilizado en prefabricación es el hormigón, aunque
también está extendido el uso de madera y otros materiales más modernos
como el GRC. Los sistemas de unión entre los distintos módulos ya vienen
incorporados en las propias piezas, de modo que suelen ser construcciones de
junta seca.
Las ventajas de este método residen en un mayor control de calidad, al
fabricarse las piezas en taller y en un proceso de montaje muy rápido que no
demanda mucha mano de obra. Por este motivo en países industrializados,
donde la mano de obra es comparativamente más cara que los materiales está
ganando popularidad.
FACHADA COMERCIAL
La fachada de un establecimiento comercial es su “tarjeta de visita”. La
fachada de algunos centros comerciales es el soporte de diversas acciones de
publicidad, promoción y animación.
La comunicación a través de una fachada comercial se basa en el modelo AIDA
(atención, interés, deseo y acción). Se trata de que la fachada adelante lo que
ofrece el establecimiento en su interior. El exterior de un establecimiento,
tienda o centro comercial está configurado por la fachada, los rótulos, la
entrada y el escaparate. Estos cuatro elementos dan a conocer su personalidad
y estilo comercial.
9. Fachada ficticia de una Panadería
TEXTURAS Y COLORES DE MUROS
Existen diversas posibilidades a la hora de dar terminación a la superficie de
un muro para exteriores. El acabado de fachada en una finca es sin duda una
elección importante, puesto que será la cara visible de la edificación. Una
buena elección en este sentido valoriza la propiedad y al mismo tiempo le
imprime una personalidad propia al conjunto.
LADRILLO A LA VISTA
Este tipo de acabado de muros se muestra como una superficie limpia por
muchos años. Es muy durable y permite el uso de una gran variedad de colores
que van desde el crema al marrón obscuro. Su precio es relativamente más alto
que otro tipo de acabado.
Existen en el mercado diversos tipos y calidad de ladrillos para usarlos cara
vista. Entre otros tenemos los ladrillos prensados, hidrofugados y esmaltados.
Lo importante a la hora de decidir la terminación del muro es tener presente
que se trata solamente de conseguir que la superficie este acorde con el estilo
de la propiedad y que sea agradable a la vista. El acabado no es un componente
que influye en la resistencia o durabilidad del mismo.
La mantención de este tipo de recubrimiento consiste solamente en lavar la
superficie, escobillando y puliendo las juntas y la cara del ladrillo.
MURO CON PIEDRA INYECTADA
10. La apariencia que se obtiene con el acabado de piedra inyectada es de lo mejor.
Un muro delgado recubierto con este material tiene la apariencia de ser un
muro de gran resistencia y calidad.
Esta terminación se puede presentar en muchos colores, de tal forma que
puede adoptar la coloración general de la edificación.
El acabado en piedra, mantiene su presentación por bastante tiempo y su costo
es medio.
La mantención es económica y sencilla. Consiste en lavar directamente la
superficie.
ESTUCO VENECIANO
Otro acabado de muros es el estucado Veneciano. La aplicación de este
recubrimiento se hace en forma manual. Aquí la calidad de la superficie
depende directamente del albañil y su habilidad para aplicarlo.
Consiste en un estuco común y corriente, que dependiendo de la forma en que
se aplica, muestra diversas texturas finales. En todo caso el texturado
Veneciano legítimo tiene un patrón reconocido.
Generalmente esta clase de acabado no utiliza colores, si no que mantiene el
color crudo del material que lo compone.
BIBLIOGRAFFÍA
http://es.wikipedia.org/wiki/Fachada
http://www.todopropiedades.com.es/informacion/acabado_fachadas.ht
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