El documento habla sobre la importancia del diálogo y la participación de todos en la Iglesia. Menciona que el pecado va en contra del proyecto de Dios de la unidad, pero que la voluntad de Dios se puede discernir mejor en comunidad a través de la escucha de la Palabra y la oración. El documento enfatiza la necesidad de estar disponible para cambiar y subordinarse al bien común.