La práctica pedagógica del autor se basa en una pedagogía vivencial donde los estudiantes aprenden a través de experiencias prácticas que despiertan su interés. El autor utiliza elementos del contexto diario de los estudiantes como empaques de alimentos y publicidad para enseñarles fonética y ortografía de una manera familiar y práctica. Este enfoque permite a los estudiantes reconocer que sus habilidades comunicativas se aplican en su vida cotidiana.