Las termas romanas eran baños públicos que proporcionaban agua caliente, fría y tibia para el baño e higiene personal. El documento menciona varias termas romanas notables como las Termas de Caracalla en Roma y las termas romanas de Caesaraugusta, Vaison-la-Romaine y las villas de Bétera y Cáparra que ilustran la importancia de estas instalaciones en la cultura y vida cotidiana del Imperio Romano.