Las termas romanas eran recintos públicos destinados a baños. Contenían salas para baños de agua caliente, tibia y fría, así como espacios para el ocio como gimnasios, palestras y jardines. Algunas de las termas más importantes fueron las Termas de Bath en Inglaterra, las Termas de Puente Genil en España, y las grandes Termas de Caracalla en Roma.