Los terremotos de diciembre de 1917 y enero de 1918 en Guatemala interrumpieron el proceso de las bellas artes y causaron daños significativos a la arquitectura existente. Las construcciones posteriores al terremoto fueron más bajas, pobres y de una sola planta, utilizando materiales como el bajareque. Algunas innovaciones arquitectónicas como el estilo Art Nouveau emergieron después del terremoto.