La división del trabajo permite aumentar la producción al especializarse cada individuo en una tarea en particular, lo que aumenta su destreza y eficiencia. Esto se debe a que la especialización aprovecha mejor las habilidades de cada persona y ahorra tiempo al no tener que cambiar constantemente de tarea. La moneda facilita el intercambio entre personas especializadas al servir como mercancía universal que todas aceptan y posee valor establecido por el trabajo empleado en su producción.