La técnica de plancha o placas consiste en alisar y aplanar una porción de pasta cerámica mediante la aplicación de presión con un rodillo o laminadora, o bien colocando la pasta entre dos reglas y pasando una tercera por encima para igualar la masa. Si se necesitan varias planchas, deben hacerse todas seguidas y dejarlas reposar para que pierdan humedad y ganen consistencia antes de su manipulación.