Este documento discute la idea de territorios y límites culturales. Explica que un territorio está marcado no solo geográficamente sino también por su cultura. Los límites definen donde termina un espacio físico y comienza otro, y también marcan el inicio o fin de un espacio cultural. Un territorio tiene dos marcas: una oficial y visible, y otra cultural e invisible construida por la cultura de sus habitantes. Del mismo modo, un mapa representa un territorio de forma oficial mientras que un croquis representa la versión imaginaria.
1. Elementos
1. Autor: Investigar desde la fecha de nacimiento, conjunto de su obra,
continuidad, aportes de su obra, ciencias sociales humanas.
2. Cuál es la mirada del autor o autores frente a la temática abordada en el marco
de su proyecto de investigación.
En la primera parte llamada marcas y territorios nos hablan de la forma en cómo
están divididos los territorios no solo de una forma geográfica si no que se
distinguen por sus culturas, cuando el territorio está marcado la verdad no hay
una gran diferencia, de hecho solo la puedes notar cuando hay un cambio o un
choque cultural.
En estos territorios existen límites y bordes que marcan el final de
unespacio físico. Como es obvio el "límite" es una zona que definedonde termina o
se inicia el territorio. El límite desborda lo físico para convertirse en un indicativo
cultural, el inicio (o el final) de un espacio donde los hombres se reconocen como
habitantes del territorio, como familiarizados con sus costumbres y todo aquel que
acceda en calidad de invitado es catalogado como extranjero y en el otro caso,
como advenedizo, intruso o usurpador. El "borde visual", dice Silva, el "borde
urbano", el "límite oficial",
el"límite imaginario" o el "límite diferencial", son elementos que contribuyen a
reconocer la existencia de dos tipos de espacios en la ciudad: uno el "espacio
oficial", el diseñado por los gobernantes, los constructores, los urbanizadores y el
otro, el "espacio no-oficial", el "diferencial", el "espacio transgredido", el
conformado, por ejemplo, por los senderos que construyen los habitantes de un
barrio para burlar el obstáculo que impide circular por una calle.
El espacio no oficial es el imaginado por sus habitantes o el re-construido por el
imaginario de los novelistas que los transforman porque ven en él otros elementos
no pensados por el diseñador. Es decir, el territorio tiene dos marcas: una, la
oficial, la visible; la otra, la cultural, casi siempre invisible, imaginada, construida
en el ámbito de la cultura del habitante, la particular.
Al igual que el territorio, las nociones de mapa y croquis aluden a formas de
representación; es este caso dos formas de representar:
una, el mapa, la definida, la oficial, la física, la que es posible
identificarse directamente; la otra, el croquis, la no oficial, la que
2. cambia con el tiempo y con los individuos, la representación imaginaria.
Cualquier territorio como marca de habitación de un grupo social requiere de
operaciones lingüísticas, o visuales, entre otras, para poder recorrerlo física o
mentalmente.
Una ciudad puede ser
representada a través de un mapa, lo que se ha denominado común
mente cartografía, pero también es posible hablar de la"cartografía simbólica" com
o la conformada por el croquis de imaginarios de la ciudad. Si un mapa es una
representación continua, un croquis puede ser una
línea punteada. Una novela urbana entonces es un croquis de lo urbano, es la
representación de la ciudad y sus habitantes, es decir,
es el imaginario construido por operaciones lingüísticas que condensan las
visuales, las olfativas, las táctiles y las imaginarias propiamente dichas. Así el
territorio urbano es croquis y no mapa; así lo afirma Armando Silva en una charla
que hizo inicialmente como
gestión del convenio Andrés Bello: “Los croquis urbanos son esos sitios donde se
produce un reconocimiento de identidad colectiva. Esto quiere decir que la
investigación que hemos hecho en América Latina, no es una investigación de
los mapas, sino una investigación de los croquis ciudadanos, de una geografía sin
lugar, pero que tiene lugar en el ciudadano.
No es la ciudad de los objetos, sino la ciudad de las personas que construyen de
esa manera una forma de ser
urbanas, caracterizándose frente a otras o aún dentro de ellas mismas. Por tanto,
habrá croquis de la sexualidad, una ciudad masculina y una ciudad femenina;
croquis de la ciudad rica y de la ciudad pobre; croquis de los desplazamientos, qué
recorridos tengo que hacer para llegar a un sitio, cuál es el paisaje que tengo que
ver o soportar en una ciudad para llegar del sitio de mi trabajo al sitio de mi
vivienda”. En la actualidad un escenario urbano se puede definir como aquel
lugar conformado por elementos de composición espacial (arquitectura,
urbanismo, diseño, objetos, personas, etc.) los cuales, a través de sus
propiedades físicas o de información, son capaces de organizar el espacio de la
ciudad y de crear una atmósfera apta para el desarrollo de una variada serie de
eventos temporales o no.
Esprecisamente aquí, donde continuamente somos testigos de las permanentes
transformaciones y acontecimientos que se desarrollan
sobre las distintas construcciones que integran estos escenarios.
3. Plazas, calles y edificios como unidades constructivas del entorno urbano, nos dan
cuenta de su amplia capacidad camaleónica para convertirse muchas veces en
lugares de coincidencia social variable, en donde nuestra presencia
actor/espectador se muestra ajena a una dicotomía.
Son estos los denominados espacios públicos, lugares sobre los
cuales se desarrollan gran parte de las actividades cotidianas. Espacios que
además de poseer un carácter escenográfico, pueden trabajar como esferas
comunicativas en donde la coincidencia de lo público supone un acierto para el
continuo flujo de ideas, asombros o actividades generadas por nuestra sociedad.
Una sociedad moderna que ha perdido el miedo a intervenir el espacio y hacerse
presente en este, interactuando a través de infinitas expresiones de comunicación
para retomar su presencia en torno a la ciudad que vive y transforma.
Se había afirmado que la ciudad y la novela se asemejan por ser estas el cruce de
discursos distintos. La ciudad, siguiendo a Silva, es también una vitrina, por ser
ésta última una confluencia de miradas. La vitrina es el lugar donde el cliente se
reconoce, la vitrina y la ciudad son un cruce de miradas: los que ven sin ser vistos,
los que son vistos, los que se muestran o simplemente los que ven, o se imaginan
que se ven.
3. ¿Cómo vinculo los aportes y o las miradas del autor o autores en mi proyecto
de comunicación?
Bueno este capítulo explica algo es muy importante con nuestro proyecto ya que
estamos hablando de un análisis que podríamos llamar de límites, donde
encontramos muy marcados los límites de territorialidad entre un supermercado y
una plaza, cada espacio tiene un inicio y una fin representado en territorio y en
cultura así que es muy importante conocer cómo podemos ver esta diferencia de
límites que no solo esta marcada visualmente si no también culturalmente.