La tala y quema de árboles provoca erosión del suelo, alteraciones climáticas como calentamiento global y destrucción de la capa de ozono, además de destruir el hábitat de los animales. La explotación petrolera genera graves impactos en los suelos, contaminándolos y destruyendo hábitats, mientras que el mal manejo de basuras causa problemas de salud, deterioro de la tierra y contaminación de fuentes hídricas. La explotación de fauna afecta el equilibrio ecológico, provocando