El impresionismo surgió a mediados del siglo XIX en París y se desarrolló plenamente en 1874 cuando un grupo de pintores organizó una exhibición separada del Salón Oficial de París con más de 160 obras. Los pintores impresionistas como Monet, Renoir, Degas y Pissarro pintaban en plein air y se enfocaban en capturar los efectos de la luz y la naturaleza. Aunque empezaron como un grupo, cada pintor buscó su propio estilo a partir de 1886.