La historia del hombre se encuentra llena de episodios de técnicas utilizadas por nuestros ancestros para capturar peces, esencialmente por una necesidad de alimentación. Podemos remontarnos a los inicios de la pesca marina bajo su forma más simple, tal como se practicó en las costas europeas durante la Edad de Piedra, limitada a una simple recolección durante la bajamar de cangrejos o pequeños peces, y evolucionando con la utilización de ingenios habituales de caza, tales como la lanza, el arco y las flechas, tanto en las aguas continentales como en el mar. Y a pesar de los siglos, en esencia, la actividad extractiva de los frutos del mar sigue siendo un oficio donde la destreza y conocimiento del mar, son para el pescador los mejores aliados para trabajar en un medio ajeno y peligroso.