La tragedia del submarino Kursk ocurrió en 2000 cuando este submarino nuclear ruso sufrió una explosión durante un ejercicio militar en el mar de Barents, matando a la mayoría de los 108 tripulantes a bordo. Aunque 23 sobrevivieron inicialmente a la explosión, Rusia rechazó la ayuda internacional y los esfuerzos de rescate fallidos. Más tarde se determinó que estos 23 tripulantes también murieron, ahogados cuando el submarino se hundió completamente.