El submarino nuclear ruso Kursk sufrió una explosión durante un ejercicio militar en agosto de 2000 que mató a toda su tripulación de 118 personas. La explosión inicial se debió a una fuga de peróxido de hidrógeno de un torpedo, la cual propagó el fuego a través de los primeros compartimentos. Dos minutos después hubo una segunda explosión mayor cuando el submarino colisionó con el fondo marino, abriendo agujeros en el casco. Aunque la mayoría murió en las explosiones, algunos sobrevivieron inicialmente
Ensayo elaborado para dar cumplimiento a la actividad prevista por la cátedra de Medicina Legal, modalidad SAIA de la Universidad Fermín Toro, Escuela de Derecho. Venezuela-Barquisimeto, Estado Lara.
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10. TRAGEDIA DEL SUBMARINO RUSO KURKS
El K-141 Kursk fue un submarino nuclear de la Armada de Rusia, perdido con toda su tripulación en una tragedia
ocurrida en el mar de Barents el 12 de agosto de 2000.
Le fue puesto el nombre de la ciudad rusa Kursk, donde se libró la batalla de tanques más grande de la historia, la
Batalla de Kursk (1943). El submarino fue construido para la armada rusa.
La misión empezó realmente el 12 de agosto de 2000 por la mañana. Como parte del ejercicio, el Kursk tenía que
disparar dos torpedos sin explosivo a un crucero de batalla de la clase Kírov A las 11:28 hora local (7:28 UTC), algo de
peróxido de prueba (HTP), una forma muy concentrada de peróxido de hidrógeno usado como propelente para el
torpedo, se filtró a través de la herrumbre en la carcasa del torpedo. El HTP reaccionó con cobre y latón en el tubo
desde el que se había disparado el torpedo, causando una reacción en cadena que ocasionó una explosión.
La compuerta estanca que separaba la sala de torpedos del resto del submarino, se había dejado abierta antes del
disparo. Aparentemente, esta era una práctica común por el exceso de aire comprimido que era expulsado a la sala
de torpedos cuando se disparaba un arma. La puerta abierta permitió a la onda expansiva propagarse a través de
los dos primeros de los nueve compartimentos en el enorme submarino, probablemente matando a 7 hombres en el
primer compartimento y al menos hiriendo o desorientando a los 36 hombres del segundo compartimento.
Tras la primera explosión, la onda expansiva se propagó -debido a que el conducto de aire acondicionado era muy
ligero- a más compartimentos, incluyendo el puesto de mando, llenándolos de humo y llamas. Después de la
explosión, se cree que el capitán intentó ordenar un soplado de emergencia, el cual hace que el submarino ascienda
rápidamente a la superficie, pero el humo le venció. La boya de emergencia, diseñada para soltarse del submarino
automáticamente cuando se detectan situaciones de emergencia, como un cambio brusco de la presión o fuego, y que
debía ayudar a los rescatadores a encontrar el submarino siniestrado, no se desplegó. Había resultado que en el
verano anterior, en una misión en el Mediterráneo, los temores de que la boya se desplegara revelando por tanto la
posición del submarino a la flota estadounidense, llevaron a desactivarla.
Dos minutos y quince segundos después de la explosión inicial, tuvo lugar otra mucho más grande. La información
sismográfica de las estaciones a lo largo del norte de Europa muestran que la explosión ocurrió a la misma
profundidad que el fondo marino, sugiriendo que el submarino había colisionado con el fondo marino, lo que -unido
a las crecientes temperaturas debidas a la explosión inicial- ocasionaron la explosión de más torpedos. La segunda
explosión fue equivalente a entre 5 y 7 toneladas de TNT, o alrededor de media docena de cabezas de torpedos, y
midió 3,5 en la escala de Richter. Tras la segunda explosión, los reactores nucleares se desactivaron para evitar un
desastre nuclear, a pesar de que la onda expansiva fue suficiente para casi destruir los reactores.
11. TRAGEDIA DE KURSK
La segunda explosión abrió un agujero de 2 m² en el casco del navío, que había sido diseñado para soportar profundidades de 1 kilómetro. La
explosión también dejó abiertos el tercer y el cuarto compartimento. El agua entró en estos compartimentos a razón de 90 000 litros por
segundo, matando a todos los que se encontraban en su interior, incluyendo 5 oficiales de los cuarteles de la séptima división. El quinto
compartimento contenía los reactores nucleares del submarino, protegidos por 13 cm de acero. La mampara del quinto compartimento resistió
la explosión, haciendo que las barras de control nucleares se mantuvieran en su lugar y evitando un desastre nuclear. Los expertos
occidentales expresaron su admiración por el nivel demostrado por la ingeniería rusa al crear un submarino que soportara tanto.
La Armada rusa intentó al principio mantener en secreto la tragedia. Sin embargo, a medida que pasaban los días, los familiares de los
marinos y oficiales del Kursk empezaron a presionar públicamente por la suerte de sus seres queridos y esto llevó finalmente a la Armada a
solicitar ayuda extranjera para intentar rescatar a los supervivientes. Ya habían pasado 16 días desde la tragedia. Finalmente se reconoció que
en el Kursk había ocurrido una calamidad.
Llegaron equipos en gabarras desde el Reino Unido y Noruega hacia la zona del desastre. Inicialmente se llegó a pensar que en la zona
trasera del submarino podría haber supervivientes, pero al hacer las pruebas en las compuertas, se reveló que su interior estaba inundado.
Pese a los intentos de rescate hechos por equipos británicos y noruegos, todos los marineros y oficiales a bordo del Kursk fallecieron. Las
primeras investigaciones sugerían que la mayor parte de la tripulación habría muerto unos minutos después de la explosión. Pero otras
investigaciones demuestran que muchos supervivientes se refugiaron en la parte trasera del barco 4 horas después del accident
Tras reflotar parte de los restos del submarino el 8 de octubre de 2001,1 fueron recuperadas tres notas de los supervivientes, de las que solo dos
se dieron a conocer y no en su totalidad.
Las notas dejadas por los supervivientes de la parte trasera demuestran que al menos 16 de ellos se refugiaron en las partes estancas de popa,
pero a medida que el agua subía, se declaró un incendio en el interior y murieron asfixiados. Esto es lo que escribieron en esas notas: “13.15.
Todos los tripulantes de los compartimentos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como
consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas”. Estos tripulantes habrían logrado sobrevivir
hasta 6 días después de la tragedia.
El Kursk fue reflotado por un equipo holandés de la empresa MAMMOET que usó la barcaza Giant4, y 115 cadáveres de los 118 tripulantes
muertos fueron recuperados.
Oficiales rusos negaron rotundamente que el submarino llevara ojivas nucleares.
Cuando el submarino fue reflotado en 2001, se temía que, al mover la estructura, ésta explotara debido a los explosivos que aún se
encontraban dentro. Los reactores de la nave fueron llevados a la bahía de Sayda, al norte de la península de Kola, y desactivados en 2003.2
Se erigieron dos monumentos en honor a los marineros muertos en la tragedia: uno en Moscú y otro en la base Vidyaevo.
12. CONCLUSIÓN TRAGEDIA DEL SUBMARINO RUSO KURKS
En base a lo estudiado sobre la tragedia d
kurks se puede concluir que en la misma no
solo hubo muerte producto a la explosión sino
que hubo tripulantes fallecidos por sofocación,
también conocidos como ahogados blancos,
producto de su muerte lenta, por inhalación de
gases tóxicos los cuales afectaron el
funcionamiento neuro funcional provocando la
muerte.
Por otra parte hubo muertes producto a la
sumersiba llamados también ahogados azules
cuya muerte fue provocado por la introducción
del agua en las vías respiratorias a causa de la
inundación provocado por la explosión del
torpedo.