2. “
“
Seguro que has
Son también los que asentarán el
proceso de concienciación sobre
la importancia del medio ambiente
oído a tu hijo o a
y de cuidar las consecuencias de
nuestros actos. Sin duda, tienen en
cuenta el cambio climático mucho
más que los adultos, y se horrorizan
ante sus consecuencias. Ellos y ellas,
los responsables del futuro, son más
tu hija alguna vez
receptivos a las nuevas ideas y com-
portamientos que sus padres.
En una sociedad como la actual
decirte “ahí no va”
en la que es necesario demostrar
mediante números los resultados,
también para esto tenemos datos:
cuando intentas
las familias que formaron parte de
un estudio británico de la orga-
nización Centro para la Energía
meter un envase
Sostenible (CSE) valoraron la
influencia de sus hijos casi dos en la basura
destinada a papel
veces por encima de la influencia
de otras fuentes de información.
El estudio, que se llevó a cabo
y cartón. Son los
en Londres, estaba inscrito en el
programa “La energía cuenta: el
desarrollo energético en el hogar”,
que más saben,
que incluía materiales de edu-
cación, formación y apoyo para
profesores de diversas escuelas, y
por una meticulosa
demostró que las familias impli-
cadas, gracias a sus hijos, adop-
taron 3,5 medidas de ahorro de
obediencia a todo
energía a partir de entonces. Los
niños son, pues, mejores conse-
jeros que los profesionales o, al
lo que aprenden en
menos, más influyentes.
Si tu hijo o tu hija no forma parte
de este grupo de concienciados y
el “cole”.
quieres que contribuya a mejorar
el conocimiento de este problema
en su generación y las venideras,
aquí te damos unos consejos
prácticos para el ahorro. Verás que
no tienen por qué estar desligados
de la diversión.
3. La Energía
Actualmente, la Unión Europea (UE) importa del exterior, y, a menudo de
regiones políticamente inestables, más del 50% de su energía, principal-
mente petróleo y gas. La factura energética europea supone cada año un
balance comercial negativo de cerca de 240.000 millones de euros. Peores
cifras para España, que supera la media europea con creces: su dependen-
cia energética del exterior es del 82%. Y, lejos de disminuir, estos números
aumentan cada día.
Para que los más pequeños lo entiendan: al ritmo actual, sólo tardaremos 35
años en duplicar el consumo actual de energía y 55 en triplicarlo. Un ejemplo
de ello es que a día de hoy existen más coches que hogares principales, y
generalmente son utilizados por sus propietarios de manera individual.
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Si conseguimos que al menos nuestros hijos e hijas puedan
ser conscientes de que hay maneras de ahorrar energía
que son fáciles de llevar a cabo, puede que poco a poco los
pronósticos vayan siendo menos negros.
1. Haz de tu hijo o tu hija un vigilante nocturno
de las luces del hogar
Si hay luces encendidas que no están siendo usadas, o aparatos en “modo
de espera”, implicarle en la responsabilidad de apagarlas (si llega al interruptor)
puede resultar más que beneficioso: ¡las facturas de electricidad domésticas
aumentan hasta en un 10% por la dichosa lucecita roja!
Si quieres que, además de ser eficiente, se lo pase bien, métete en la página de
Flick the Switch, una iniciativa en la que un interruptor llamado Flick tiene que
acabar con “la plaga del Stand By” para reducir el derroche de energía y hacer
a los niños y niñas energéticamente eficientes en el colegio y en casa. Puedes
visitarla en español y que tus hijos conozcan a los amigos de Flick tales como
las TV Twins, Robbie Radio, Larry Laptop, o Billy Bulb.
2. Deja que tus pequeños desarrollen
su creatividad
Ahorrar energía es responsabilidad de todos. El error principal es que muchas
personas siguen pensando que llevar a cabo ese cambio en las costumbres
implica una renuncia en algunas actividades o comodidades. No siempre es
así: está claro que implica un esfuerzo, pero también se trata de un aprovecha-
miento de las nuevas tecnologías y de un comportamiento más eficaz por parte
del consumidor que no tiene por qué ser tan incómodo como lo imaginamos.
El informe Factor 4 sugiere que la productividad de nuestros recursos podría
multiplicarse por cuatro, es decir, que podríamos extraer cuatro veces mayor
riqueza de los recursos naturales limitados que utilizamos en la actualidad. Y
Guía Ahorro para Niños | 3
4. es que, aunque la mitad del ahorro energético puede alcanzarse mediante la
plena aplicación, por los Estados miembros,de la legislación europea vigente en
materia de edificios, consumo doméstico y servicios energéticos, el otro 10%
requiere de nuestra imaginación y dinamismo, empezando por cambiar nuestro
comportamiento. No consiste sólo en sustituir las viejas calderas por las nuevas
o en comprar bombillas de bajo consumo: hay miles de maneras de aprove-
char la energía y a tus hijos seguro que se le ocurren.
Las escuelas de Rathenow, en Alemania, son un ejemplo de ello. A través
de un proyecto incluido en la asignatura de física, construyeron un sistema
fotovoltaico de 1KW, que permite ahorrar a las escuelas un promedio de 800
KW/hora al año.
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Para fomentar la creatividad de tus pequeños, y de los no
tan pequeños puedes consultar las exposiciones, cursos,
guías y grupos de trabajo que ofrece el Centro Nacional de
Educación Ambiental (CENEAM).
También puedes hacer que el colegio de tus niños se implique más en el tema.
Para ello, una buena manera de comenzar es inscribirse en el concurso (esta
año ya no, porque se cierra el plazo a finales de mayo, pero así hay más tiempo
para prepararse para el próximo) de U4energy. Tu centro escolar sólo tiene
que enviar un ejemplo de buenas prácticas para crear hábitos de ahorro sobre
eficiencia energética, medidas de sensibilización o ideas para llevar a cabo
campañas de incidencia.
3. Jugando on-line también se aprende
Si son un poco más mayores y no les “engañas” con cualquier cosa, consigue
al menos que salgan al aire libre a jugar en lugar de ver la televisión. Si es impo-
sible que se despeguen de los aparatos electrónicos, proponles algunos juegos
por Internet relacionados con el ahorro de energía, ¡hay algunos muy divertidos!
En http://www.losgurusdelalluvia.com tus hijos podrán elegir juegos como “La
mansión de los gurús de la lluvia”, en la que tendrán que ir adentrándose en las
diferentes habitaciones y responder a preguntas sobre el ahorro de energía.
En EnergyCities el objetivo es modificar una ciudad y conseguir hacerla crecer
de forma sostenible hasta alcanzar el 200 de población. Consulta éstas y otras
páginas web con recursos para profesores, padres o alumnos en esta dirección
y verás como a tus hijos se les ocurren mejores ideas que si se pasan toda la
tarde viendo la televisión: http://learn-energy.net/education/#3.
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6. La Basura y el Reciclaje
Es probable que tus hijos ya conozcan (quizá incluso mejor que tú) las
reglas básicas del reciclaje y en qué se divide la basura, pero, ¿saben cosas
como que cada tonelada de papel que se recicla evita que se corten 14 ár-
boles, se consuman 50.000 litros de agua y más de 300 kilos de petróleo?
¿O que por cada tonelada de vidrio que se recicla se ahorran 1.200 kilos
de materias primas y 130 de combustible? Pregúntaselo, quizá así consi-
gan imaginarse más los beneficios del reciclaje, especialmente si visualiza,
a través de un dibujo o de cualquier tipo de manualidad, que cada persona
generamos al día 1,7 kilos de basura, lo cual supone una producción anual
total de unas 25 millones de toneladas de basura. ¿No crees que puede ser
otra fuente de inspiración para esos dibujos improvisados que hace con los
rotuladores que le dejas mientras estás ocupado en otra tarea?
1. Aprende a reciclar jugando
Envases de plástico que pueden ser utilizados para jugar a los bolos; botellas
que ya no sirven que se pueden convertir en guitarras; carruajes, trenes o bar-
cos realizados con los recipientes o latas que estás a punto de tirar... Realiza-
dos con el debido cuidado para evitar que se corten y siempre cubriendo con
algún tipo de aislante las astillas, se pueden hacer verdaderas obras de arte.
Si no se te ocurre cómo llevarlas a cabo, en la web de reutilizar.com tienes
algunas ideas para ofrecer a tus hijos. Quizá de esta manera incluso consigas
reducir de forma considerable tu basura.
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No creas, sin embargo, que el reciclaje sólo puede ser un
juego para los más pequeños. Ya os mostramos desde
Twenergy hace poco cómo a veces se trataba de un juego
de niños para todos:
69 colegios de la Comunidad de Madrid implicaron a 30.000 familias en un
proyecto en el que los niños llevaban a la escuela el aceite de cocina usado de
sus casas. El transporte a la planta recicladora se realizaba por trabajadores
con discapacidad intelectual y se conseguía evitar la contaminación del equiva-
lente a ¡más de 26 piscinas olímpicas! Se trata de otro ejemplo más de cómo
el ahorro y el reciclaje puede, además de cuidar el medio ambiente, implicar e
integrar a todos los miembros de la sociedad.
También a Facebook llega el reciclaje, así que si tus hijos adolescentes, como
la mayoría de las nuevas generaciones, están enganchados y no pueden dejar
de mirarlo cada quince minutos, enséñales algunos temas a los que se pueden
dedicar. La aplicación para Facebook de Twenergy El Reto del Reciclaje ha
creado un juego en el que tienes que asignar los recursos que aparezcan en la
cadena de reciclaje al contenedor adecuado: vidrio, papel y cartón, envases,
orgánico o punto limpio. El reto tiene tres niveles de dificultad con una duración
determinada durante la cual debes conseguir tantos puntos como te sea po-
sible. Si consigues un número de aciertos en un tiempo determinado por cada
nivel, pasarás al siguiente. Parece fácil alcanzar el primer puesto del ranking,
pero no te confíes, cada acierto te da puntos pero cada error te los resta.
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7. 2. Otras formas de ahorro
Quizá sea más complicado hacer de la herencia de ropas un juego divertido,
pero también es una buena forma de ahorro. Las ropas que se quedan peque-
ñas no tienen por qué tirarse, sirven para otros hermanos, primos o vecinos,
y si se encuentran en buen estado, suponen una buena forma de ahorro para
muchas familias. Lo mismo sucede con algunos libros de texto, materiales
escolares o zapatos.
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La sociedad actual, que, a través de mecanismos como
la publicidad, se empeña en mantener el crecimiento
progresivo, no tiene en cuenta que para la realización de
cada producto se requieren recursos naturales que tienen
fecha de caducidad.
Evitemos, pues, y hagamos comprender a nuestros hijos, las compras com-
pulsivas, las renovaciones de armario o de aparatos electrónicos por el único
motivo de que están pasados de moda, o la conciencia de que lo material nos
hace más felices. No se trata de estar incómodos, pero sí de ser responsables
con nuestros actos como ciudadanos. Al fin y al cabo, la idea es hacer más
habitable el lugar en el que van a vivir tus hijos.
Fuentes:
Twenergy
Fotos:
http://www.flickr.com/photos/pagedooley/4176075327/
http://www.flickr.com/photos/tocaboca/5524182736/in/photostream/
http://www.flickr.com/photos/pinksherbet/235950645/
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