La televisión puede influir en los adolescentes de varias maneras: (1) propaga actitudes, acciones y valores; (2) puede estimular la conducta antisocial y violenta al dar ideas e incluso instrucciones; (3) los efectos no son triviales y la cobertura sensacionalista puede afectar emocionalmente a los adolescentes vulnerables. Los padres deben supervisar el consumo de medios y discutir sus efectos para prevenir tragedias.