Los tres cuentos exploran las vidas de protagonistas que no pueden reconciliarse con su pasado debido a la desaparición de sus padres durante la dictadura de 1976 en Argentina. Los cuentos usan narradores en primera persona con focalización interna fija que relatan historias de forma introspectiva y autorreflexiva. Utilizan recursos como elipsis temporales, descripciones escuetas y monólogos internos para narrar las historias de una manera concisa y vertiginosa.
La cotidianeidad como eje de la narración y la priorización del yo dialógico como protagonista de la novela. En ¿Vos me querés a mí? La vida es secuestrada por la escritura, la vida se construye a través del habla, la cual construye los personajes, los espacios, la clase social, las emociones y todo lo demás. En la novela de Romina Paula es la jerga hablada quien crea, solo existe ¿Vos me querés a mí? a través de ese hablar Identitario, ejecutor de toda la narración.
La mirada renacida: Con la soga al cuello, de Flavia Company NavauEva Gutiérrez Pardina
En este artículo comento el libro de relatos "Con la soga al cuello", de Flavia Company, especialmente el sentido del relato "El río de la vida", como metáfora del momento creativo en que se encuentra la autora.
La cotidianeidad como eje de la narración y la priorización del yo dialógico como protagonista de la novela. En ¿Vos me querés a mí? La vida es secuestrada por la escritura, la vida se construye a través del habla, la cual construye los personajes, los espacios, la clase social, las emociones y todo lo demás. En la novela de Romina Paula es la jerga hablada quien crea, solo existe ¿Vos me querés a mí? a través de ese hablar Identitario, ejecutor de toda la narración.
La mirada renacida: Con la soga al cuello, de Flavia Company NavauEva Gutiérrez Pardina
En este artículo comento el libro de relatos "Con la soga al cuello", de Flavia Company, especialmente el sentido del relato "El río de la vida", como metáfora del momento creativo en que se encuentra la autora.
93 La Mariposa Y El TáBano De Dame Placer A Melalcorguest48ecd8b
Capítulo de mi tesis doctoral (leída el 2006) sobre la escritora Flavia Company, en que estudio el paso de Dame Placer a Melalcor, enmarco a Melalcor en una tradición literaria, aplico a esta novela conceptos propios de los estudios queer, hablo del hermafroditismo, el peso de la religión y el patriarcado en la opresión de la nación gay, así como de la construcción del sexo, el género y la opción sexual.
Capítulo de mi tesis doctoral dedicado al estudio del patriarcado, género, sexo y opción sexual, opresión de la nación gay y hermafroditismo, a partir de la novela Melalcor, de Flavia Company Navau, y la perspectiva de los estudios de género y queer.
93 La Mariposa Y El TáBano De Dame Placer A Melalcorguest48ecd8b
Capítulo de mi tesis doctoral (leída el 2006) sobre la escritora Flavia Company, en que estudio el paso de Dame Placer a Melalcor, enmarco a Melalcor en una tradición literaria, aplico a esta novela conceptos propios de los estudios queer, hablo del hermafroditismo, el peso de la religión y el patriarcado en la opresión de la nación gay, así como de la construcción del sexo, el género y la opción sexual.
Capítulo de mi tesis doctoral dedicado al estudio del patriarcado, género, sexo y opción sexual, opresión de la nación gay y hermafroditismo, a partir de la novela Melalcor, de Flavia Company Navau, y la perspectiva de los estudios de género y queer.
Este trabajo se centra en el análisis de los rasgos de oralidad en la escritura. Se toma como punto de partida el cuento "Potocki" de Eduardo Mignogna, el cual no solo combina de manera magistral ambos registros, sino que además presenta una combinación de recursos clásicos y modernos, característicos de la literatura posmoderna.
Javier Ceballos Jiménez - Reconozco que empecé a leer Cara de pan con alguna prevención: durante las semanas (incluso meses) previos a que la novela se publicase, proliferaron tanto los mensajes en las redes sociales y en los medios afirmando que era el libro del año, de la década, ¡del siglo!, que me pareció que estábamos ante una campaña de marketing orquestada por la editorial con la complicidad de sus amigotes.
Análisis del cómic - Artes Plásticas y Comunicación Visual en la Educación Infantil.
Asignatura optativa de 3º de Maestro en Educación Infantil - Universidad de Málaga.
Autoras: Nerea Ortega y Olalla Ríos, alumnas con plaza de movilidad SICUE.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
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Variaciones
o
Acercamiento hacia el análisis de algunos cuentos de 76
¿Qué hace uno cuando toda su identidad
queda destruida en un solo instante?
¿Cómo reacciona uno cuando toda la historia de su vida
resulta estar equivocada?
Chuck Palahniuk
PRIMERAS CONSIDERACIONES
En este breve ensayo analizaremos los cuentos “Unimog”, “Otras fotos de mamá” y “Lo
que cabe en un vaso de papel”, del libro 76 de Félix Bruzzone, sus aspectos lingüísticos,
y contextuales, así como diferentes recursos narrativos, retóricos y estructurales que
utiliza el autor según los postulados de lingüistas como Gérard Genette, Helena
Beristáin y Harald Weinrich, entre otros.
Los tres cuentos se encuentran atravesados por la cosmovisión del protagonista: un
hombre adulto que no puede reconciliarse con su pasado y con la desaparición de sus
padres durante la dictadura de 1976, de ahí el título del libro que compila estos cuentos.
Los relatos son ensimismados, introspectivos, autorreflexivos, aunque esto no implica
que cada protagonista sea autoconsciente; de hecho, este no sabe o no le importa
demasiado más que lo que él piensa o siente.
Asimismo, su deseo, ese que plantea el conflicto en los relatos, y el que motiva y
desencadena todas las acciones del relato, siempre queda insatisfecho. En “Unimog”, el
viaje queda trunco y el protagonista debe volver sin su camión y sin ninguna respuesta
sobre lo que había motivado ese viaje; en “Otras fotos de mamá”, la entrevista que tiene
lugar el día anterior y el posterior encuentro con la mujer del otro no satisfacen sus
inquietudes; y, en “Lo que cabe en un vaso de papel”, su relación con su compañera de
estudios no logra ser más que superficial.
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Como hemos dicho, el protagonista de cada cuento es solo consciente de sí mismo, y no
tanto. Su relación con el resto de los personajes es remota, lejana: no se vincula
realmente con ellos. Todas las reflexiones de este sobre sí mismo se encuentran
cargadas de incertidumbre y de confusión.
MUNDO NARRADO
En un principio, todos los cuentos habitan en el mundo narrado, es decir, su relato es
pasado, con el eje en un pretérito perfecto simple. Con oraciones cortas, muchos puntos
y una sintaxis simple, las acciones suceden y se concatenan de una manera vertiginosa.
Las descripciones no abundan, sino que más bien se da cuenta de los hechos en un
orden cronológico. Aunque en “Otras fotos de mamá” el pasado enunciado sea más
reciente y, sobre el final del cuento, la línea de tiempo casi parece unirse con el
presente, esto no sucede. No hay anomalía.
De esta manera, podemos encontrar, en mayor o menor medida, a lo largo de las tres
historias, muchas elipsis temporales con las que el narrador acota el relato a las acciones
relacionados directamente con el conflicto que le da origen. Las descripciones tienen
lugar solamente al describir algún paisaje.
Por otro lado, en lo que refiere al orden espacio-temporal del relato, las situaciones de
los tres cuentos son similares. El protagonista es una persona hija de padres
desaparecidos que ya ha llegado a la edad adulta a principios de la década de 2000 y que
vive en algún barrio de la ciudad o de la provincia de Buenos Aires. Las situaciones
socio-culturales varían entre sí, así como las diferentes competencias de cada uno de los
protagonistas. Sin embargo, estas diferencias no logran desarticular la característica
principal que los une: su enajenación con respecto a su pasado y al mundo que lo rodea,
incluso de las personas más cercanas a él:
Esa noche, en la cama, encendieron la TV pero no la miraron. O la miraron, pero
mientras en la pantalla se repasaban las últimas gracias de un cómico recién
fallecido, Vicky pensaba en la casa y Mota pensaba en el camión. La casa
encantada y el camión maldito, o al revés. El camión y la casa. Y es seguro que, de
haber hablado, no se hubieran puesto de acuerdo en cuál de las dos cosas era más
importante. [“Unimog”]
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Supongo que ella es capaz de hablar de eso por mucho tiempo. En realidad, no sé
cuánto tiempo lo hizo, pero sí que en un momento preferí volver a hablar del café,
y en cuanto la lluvia se hizo más débil la acompañé a buscar un taxi. [“Otras fotos
de mamá”]
[…] durante aquel largo agradecimiento volví a pensar que ella había llamado para
algo más, seguro que había llamado para algo más, pero mientras volvía a pensar
en eso, en el cuerpo flaco de Bárbara, en cómo sería verla otra vez desnuda, blanca,
en todo eso, dije bueno, que tengas mucha suerte, y colgué. [“Lo que cabe en un
vaso de papel”]
PUNTOS DE VISTA
En el cuento “Unimog”, podemos dar cuenta de un narrador mixto: si bien es
heterodiegético –ya que no forma parte de la historia, sino que es simplemente un
observador–, su focalización es interna, es decir, sabe lo que piensan y sienten los
personajes, al menos de los principales, Mota y Vicky. Cuando se trata de Saba, el
administrador de la agencia de venta de camiones, el narrador declara su ignorancia
sobre lo que piensa o siente este personaje a través de la duda. En definitiva, Mota es el
personaje principal y sobre el que se centra el relato. Podría decirse que Vicky también
lo es, pero nada más sabemos o se nos cuenta lo que ella dice, piensa, siente o hace en
tanto incide directamente sobre Mota.
Por el contrario, los otros dos cuentos coinciden en el mismo tipo de narrador, un
narrador protagonista con focalización interna fija. Aquí, el personaje principal es quien
asume la responsabilidad de relatar la historia, y lo hace desde su punto de vista, sin
ceder en ningún momento la voz a otro personaje, sin tener seguridad alguna de lo que
piensan o sienten los demás personajes.
En el cuento “Otras fotos de mamá”, todas las acciones pasan por el narrador, lo afectan
de manera directa. Por otro lado, en el cuento “Lo que cabe en un vaso de papel”, las
acciones lo pasan de largo al personaje, pero tal vez esto tenga que ver con su evidente
actitud pasiva frente a la vida. No obstante, ambos narradores se encuentran muy
emparentados: su relato trascurre como una especie de monólogo interno, en donde
abundan las reflexiones introspectivas.
Cabe destacar, en “Otras fotos de mamá”, la singular relación que el personaje principal
(de quien no sabemos el nombre) establece con la mujer de Roberto, Cecilia, quien, de
manera inconsciente, le recuerda a su madre desaparecida. Esto se evidencia en el
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paralelismo que este elabora entre los botines que debe comprar Cecilia para su hijo que
juega al rugby y los botines que él recuerda haber usado de chico cuando también
jugaba al rugby. Cuando ella entra a la casa del personaje principal, él la ve más joven,
joven como lo era su madre el día que desapareció. Asimismo, esta transfiguración que
él ejecuta sobre Cecilia y toda la situación en que la recibe en su casa, le ofrece bañarse,
un café, le recomienda no llamar a su esposo, sugieren cierta expectativa o tensión
sexual al lector que no va más allá de eso.
En el cuento “Lo que cabe en un vaso de papel”, la relación entre el personaje principal
y la chica Bárbara es irregular, inconstante. Nada más sabemos sobre la chica y sobre su
relación con el personaje principal que lo que él nos cuenta, lo cual es poco. El chico
sabe poco y nada sobre la chica, y sobre sí mismo. De lo único que está seguro él, lo
único que recuerda de manera vívida, es su sensación de angustia, casi como un ataque
pánico, expresada en una sed incontenible. Aunque él, claro, no lo sabe ni lo sabrá, esta
sensación de angustia está íntimamente relacionada con su pasividad, su inacción frente
a su distanciamiento de la chica (frente a su propia vida, también). Tanto es así que, una
vez colmada esa sed que lo apuraba, cree escuchar la voz de Bárbara, desde el fondo de
ese mismo vaso que tiene en sus manos.
De este modo, más allá de las particularidades de cada cuento, lo cierto es que los
narradores, ya sean el personaje principal o no (en el caso de “Unimog”, podría decirse
que el narrador está más vinculado al personaje principal que a cualquier otro, empatiza
con este; además, al contar con información sobre la historia personal del autor, podría
decirse también que el cuento es autobiográfico), establecen una distancia irrecuperable
entre ellos y el resto de los personajes, entre ellos y el mundo. Esto se debe a la
imposibilidad de reconciliación con su pasado que lo arrastra y de conectar con el otro
de una manera genuina y auténtica.
HABLANDO SOLO
Como ya hemos mencionado, en lo que refiere a los modos de inclusión de discurso de
los personajes, “Unimog” se diferencia de “Otras fotos de mamá” y de “Lo que cabe en
un vaso de papel” por la inserción en el relato de secuencias dialogales, en donde el
narrador le cede la voz a los distintos personajes del cuento de manera directa:
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Vicky, sin comprender, lo abrazó.
—Yo pienso en la casa —dijo—, ¿qué va a pasar con la casa?
Mota la apartó y prometió que a su regreso todo iba ser como ella quería.
—Siempre decís lo mismo —dijo Vicky.
—Vos también siempre decís lo mismo.
Asimismo, el primero combina esta forma de discurso con otras que también aparecen
en los otros dos cuentos: el discurso indirecto (“Dijo que había que abrir la puerta a los
demonios del camión…”) y el discurso indirecto libre (“Daba algunas explicaciones:
este es una nave, vuela; este no gasta nada…”).
Por otro lado, en algunos tramos, el discurso directo se introduce sin comillas, de
manera deliberada, por el autor, al expresar los pensamientos de los personajes, generan
cierta confusión sobre los momentos en que utiliza los recursos: “Decíamos cosas que
nos hacían reír y ella en un momento me agarró la mano, qué tirás, tiro, no tirés”.
Sin embargo, lo que más predomina en los cuentos, al menos en los últimos dos (y, en
menor medida, en el primero, más allá de que las características del narrador no parecen
posibilitar esta conjetura), es el monólogo interior. Por ejemplo, en “Unimog”:
También pensó que el camión generaría una nueva fuente de ingresos y no prestó
atención a las palabras de su esposa, Además, pensó que para las mujeres –o al
menos para las mujeres como Vicky, siempre pendientes de los mismos detalles–,
una casa nunca llega a estar terminada.
En “Otras fotos de mamá”: “En realidad, nada de lo que decía me importaba mucho, y
me sentía algo inquieto. Me preguntaba cuántos años podía tener Cecilia…”, y, por
último, en “Lo que cabe en un vaso de papel”:
… no sé cómo llamarlos porque por el tamaño eran volantes pero el contenido era
panfletario, algo relacionado con promover una nueva religión similar al
cristianismo pero basada en una mezcla de doctrinas del cercano y del lejano
oriente.
En esta última cita, el narrador no se atiene estrictamente a lo troncal del relato, es decir,
de alguna manera, “se va por las ramas”.
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Lo cierto es que el narrador mantiene conversaciones consigo mismo, se hace
preguntas: “¿Cómo habían podido meter tantos camiones ahí adentro?” (este ejemplo de
“Unimog” podría ser considerado como discurso indirecto libre también); se cuestiona:
“… qué más podía hacer…” (aquí interpela al lector), duda de su juicio: “Nos besamos.
O casi nos besamos. O nos dimos un beso corto que no entraba en la categoría de beso”;
o de su memoria: “No sé durante cuánto tiempo pensé en mis pesadillas”. Sin embargo,
elige los hechos que relata de manera ordenada y omite otros de manera consciente. En
realidad, es un monólogo interior organizado, lo cual parece una contradicción, pero qué
ser humano no las tiene de todas formas.
ESTUDIOS NARRADOS
En lo que respecta a los procedimientos utilizados en los tres cuentos, podemos apreciar
que son similares. Las imágenes visuales predominan por sobre cualquier otro sentido;
la adjetivación subjetiva transita ese mismo camino, salvo algunas excepciones con
referencias a lo auditivo, y en general los términos elegidos remiten al terreno de lo
oscuro, lo extraño y lo sombrío. Tanto las imágenes visuales como la adjetivación son
abundantes al tratarse de ensoñaciones o pesadillas del narrador o personaje principal.
En ocasiones, podemos apreciar algunas comparaciones y personificaciones. La
enumeración es también un recurso común a todos los cuentos, así como las
condiciones climáticas. Estas últimas suelen estar detalladas en distintas imágenes
visuales y personificaciones y casi siempre están asociadas a la tristeza, la melancolía,
lo aciago, y adelantan una desgracia menor.
Por otro lado, cada cuento tiene sus particularidades. Por ejemplo, en “Unimog”, el
narrador se refiere a la esposa de Mota como Vicky, sin presentarla nunca como al
personaje, es decir, de manera catafórica; asimismo, la secuencia dialogal como recurso
discursivo aparece solamente en este texto.
En “Otras fotos de mamá” y “Lo que cabe en un caso de papel” los recursos discursivos
de los personajes están ceñidos al discurso indirecto y al discurso indirecto libre. En
estos abundan las reflexiones, los pensamientos propios del narrador y del personaje
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principal, marcados por los signos de duda y las interrogaciones que, en el caso del
último de los cuentos, interpelan al lector.
Las elipsis temporales son frecuentes. (“Unimog”, de hecho, está dividido en instancias
o escenas que evidencian una omisión de un determinado período de tiempo y las
acciones que hayan tenido lugar allí.) Esta manera elíptica de narrar una historia,
sumada a una sintaxis sencilla, en un pretérito perfecto simple dominante y en una
secuencia cronológica ordenada, agilizan su lectura y ponen en juego una cierta
vertiginosidad en las secuencias accionales.
Debido a la unidad temática que relaciona los cuentos, podrían ser considerados como
variaciones de un mismo tema, así como los Estudios de Chopin o de Lizst. Estas piezas
estaban destinadas a desarrollar la técnica, basadas en un solo motivo musical y en la
dominación de una destreza específica; al mismo tiempo, me refiero a los de Chopin y
de Lizst ya que fueron estos compositores quienes pudieron combinar el ideal de la
finalidad práctica de estos ejercicios con una elevada significación musical. Bruzzone,
hace algo similar con sus cuentos. Ejecuta a la perfección una destreza técnica elegida y,
al mismo tiempo, construye una bella narración literaria. Podría decirse que estos tres
cuentos están pensados para ejecutarse en una clave tonal menor, de manera figurativa,
por la forma en que el autor los resuelve.