La inyección intramuscular permite la introducción de hasta 5 ml de medicamento en el tejido muscular profundo, lo que resulta en una absorción más rápida que la vía subcutánea. Se recomienda esta vía cuando se desea una absorción rápida del medicamento o cuando las soluciones pueden irritar otros tejidos, ya que el músculo profundo tiene menos terminaciones nerviosas y es menos doloroso.